A la hora de realizar barandas, puertas, pasamanos y pequeño mobiliario, existe un material relativamente reciente en la oferta de la carpintería metálica y la metalurgia: EL ACERO INOXIDABLE.
El resultado es un acabado brillante, elegante y perfecto en la definición de las formas, que hace que sea la opción más estética, pero también la menos económica.
Y además, es un acero de elevada resistencia a la corrosión, pues su aleación con cromo y otros metales crea al contacto con el oxígeno una capa pasivadora que evita su oxidación.
En el uso comercial se utiliza acero inoxidable serie 300, con un 18% de cromo y 8% de níquel agregado y conocido como acero inoxidable 18-8, pues es el que tiene la mejor resistencia a la corrosión y se presenta principalmente en 3 tipos:
- Acero inoxidable 303: Su resistencia a la corrosión es similar al de 304 pero no es tan resistente como el 316. Es ideal para realizar ejes, engranajes, roscas, etc.
- Acero inoxidable 304: Es el acero inoxidable más utilizado al ser muy poco corrosivo. Se emplea especialmente en la industria del procesamiento de alimentos (cubas de leche, cerveza y vino, mesas para preparación de comida y vajilla, fregaderos, frigoríficos, etc.), también en la fabricación de tuercas, pernos y filtros y en los usos arquitectónicos para asientos y pasamanos.
- Acero inoxidable 316: Cuanta con un 16 a 18% de cromo, de 11 a 14% de níquel y un mínimo de 2% de molibdeno, lo que le da un grado adicional de resistencia a la corrosión. Ideal para útiles de procesamiento químico de alimentos, bebidas o agricultura y también en las aplicaciones marinas. Se recomienda especialmente para uso doméstico en los lugares cercanos al mar, por la resistencia a la oxidación ante el salitre.
Un material resistente y versátil que permite realizar las piezas que desees, con un poco de imaginación y toda nuestra ayuda.
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