Después de ofrecer hace unas semanas la solución para las hojas de corredera con ruedas que no corren, hoy os traemos un nuevo capítulo de 'Problemas comunes en la carpintería de aluminio':
LAS PERSIANA ROTAS
En realidad, podemos encontrarnos con dos problemas principales, bien que la persiana enrollable no suba o no baje, o bien que la cinta no permita accionar su mecanismo.
El primero de los casos se evidencia cuando la persiana se queda bajada completamente, recogida totalmente en el cajón o a mitad altura, pero no podemos cambiar su posición pues parece bloqueada, lo que puede resolverse de dos maneras:
- Comprobando que no haya en las guías laterales elementos que impidan que la persiana se deslice, con lo que habría que limpiar la guía de la persiana y retirar piedras u otros elementos que impidan su funcionamiento.
- También el problema puede encontrarse en que las lamas de la persiana no se mantengan perfectamente alineadas con las guías, por lo que habría que ajustarlas de nuevo. Basta con abrir la tapa del cajón donde se recoge la persiana y desenrrollarla y enrollarla manualmente, encauzando las lamas por las guías, hasta lograr que se articule suavemente con ayuda de la cinta.
El segundo caso, el hecho de encontrar una cinta laxa, sin tensión o incluso partida cuenta con dos posibilidades:
- Puede ser que el recogedor de la cinta, que es donde se produce la tensión que recoge o suelta la persiana haya perdido su fuerza, por lo que bastaría con enrollar correctamente la cinta sobre el mecanismo o si estuviera roto, simplemente habría que cambiarlo y aplicarle la tensión necesaria al enrollar la cinta.
- Si fuera necesario reemplazar la cinta, se debería abrir la tapa del cajón y soltar las piezas que unen la persiana al eje, después se engancharía la nueva cinta, se colocaría de nuevo la persiana que se recogería de manera manual y se crearía de nuevo la tensión en el recogedor.
Para finalizar, siempre hay que asegurarse de que, tanto la entrada de la cinta a la altura del cajón como a la altura del recogedor (o de la pared en el caso de los recogedores empotrados), sea limpia y suave, pues podría encontrarse aquí el problema del desgaste de la cinta, por el roce en el uso diario.
Aunque a largo plazo, la rotura de cintas y el bloqueo de la persiana indican que esta se está deteriorando y en un plazo relativamente breve de tiempo, tendremos que cambiarla por una nueva. Algo que suele ocurrir principalmente en las persianas de plástico que tras una larga exposición al sol y a las inclemencias meteorológicas se perforan, deforman y curvan provocando el desgaste de lamas, cintas y guías.
Por tanto, siempre se recomienda para la colocación de nuevas persianas, que estas sean de aluminio, con un coste algo más elevado, pero con una vida útil 10 veces mayor y un mantenimiento prácticamente nulo.